Las doctoras Inés M. Weinberg y Ana María Conde participaron de la apertura de la 14ª Conferencia Bienal Internacional de Asociación Internacional de Mujeres Juezas, que este año se realiza en Buenos Aires, con el lema “Construyendo Puentes entre las Juezas del Mundo”. La Bienal está organizada por la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina (AMJA).
En este marco, la Presidente del TSJ dijo: “Hace 27 años se constituyó la Asociación Internacional de Mujeres Juezas que hoy cuenta con 4.700 miembros. Es la culminación de un largo recorrido que comenzó hace 3.135 años".
En la historia de Occidente, la primera mujer jueza aparece en el Libro de los Jueces del Antiguo Testamento, capítulos IV y V. Se llamaba Débora, que en hebreo significa Abeja.
Administraba justicia sentada bajo una palmera, y ayudaba a la gente con sus diferencias tribales y sus problemas familiares. Su función basculaba entre la de una mediadora y una juez de nuestro tiempo.
Mucho tiempo después, en el siglo XIX, la rumana Sarmiza Bilcescu (1867-1935) fue la primera mujer en obtener un doctorado en Derecho en París.
Por la misma época, Cornelia Sorabji -de la India- fue la primera mujer licenciada en Derecho en la Universidad de Oxford. Al volver a la India, ante la imposibilidad de ejercer la profesión, consiguió en 1904 que se creara el cargo de asesora legal del Gobierno Británico para ayudar a las mujeres que, de acuerdo con la ley hindú, vivían recluidas.
En España, la primera jueza fue Josefina Triguero que tomó posesión de su plaza en 1978. Hasta entonces, la profesión estaba vedada a las mujeres, porque “ponía en peligro ciertos atributos como la ternura, la delicadeza y la sensibilidad”, según la ley de Derechos Políticos, Profesionales y de Trabajo de la Mujer de 1961.
En nuestro continente, Luz Castillo Díaz-Ordaz de Villagrán se convirtió en 1927, en la primera abogada y notaria de Guatemala a los 23 años. No logró ejercer la profesión hasta 16 años después, pues no se reconocía la ciudadanía a las mujeres.
María Angélica Barreda fue en 1909 la primera abogada argentina.
Todas estas mujeres se hicieron un lugar en una época en que no se las reconocía, y en un entorno que no había sido concebido para considerarlas e inspirarlas.
Es por ello que importa recordarlas hoy. Porque rompieron con entornos hostiles y dieron un ejemplo inspirador. Especialmente en nuestro tiempo, en que han surgido, en una diversidad de países, colectivos de mujeres que reclaman respeto por sus derechos e igualdad de oportunidades, y alzan su voz contra las muchas formas de abuso.
¿Qué le aportamos las mujeres a la justicia? Precisamente aquello que dificultaba su acceso en la España de los años 60: humanidad, sutileza y sensibilidad.
Que esta Bienal sea el espacio propicio para crear puentes y profundizar valores y anhelos similares. Y encontrar entornos más inspiradores para todas.”
Participaron también del acto inaugural el presidente y la vicepresidenta de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti y Elena Highton de Nolasco, respectivamente; la defensora General de la Nación, Stella Maris Martínez; la ministra de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos, Ruth Bader Ginsburg; la presidenta de la IAWJ y de su sede local (AMJA), Susana Medina y las máximas autoridades de los poderes Ejecutivos de la Nación y de la Ciudad de Buenos Aires.